El gran cine revive en el Palau
By EVA MESALLES NOV.17, 2018
El pasado sábado 17 de noviembre de 2018 la Orquesta Sinfónica del Vallés presentó en el Palau de la Música Catalana el segundo de los tres conciertos previstos dedicados a disfrutar de la música de cine. El título de la apuesta es “Una galaxia de músiques”, ya que la temática elegida en esta ocasión presenta clásicos del cine relacionados con el espacio y sus misterios.
El proyecto y la puesta en escena
La mayoría del público asistente eran madres, padres y abuelos que llevaban a sus hijos y nietos a un espectáculo con la promesa de escuchar y ver un programa musicalmente atractivo acompañado de imágenes.
El Palau se acondicionó con una pantalla de cine y la orquesta se dispuso en el escenario para iniciar el concierto. Sonó la música de Frankenstein de Patrick Doyle y en la pantalla se proyectó una imagen estática y borrosa de la película que aún era más borrosa desde el lugar en que se situó a la prensa para este evento. Y allí se desvaneció toda la ilusión sobre las imágenes proyectadas, en cada banda sonora interpretada, la imagen que la acompañaba era pobre y decepcionante. Las únicas imágenes en movimiento que pudimos ver fueron las de la orquesta y el director que se proyectaban en directo en la pantalla. De la realización de este directo se encargó Produktia.
El concierto pretendía llevar un hilo conductor que corrió a cargo del actor Ivan Morales. En su trabajo como narrador supo mantener el interés sobre un guión que no aportaba demasiado al espectáculo en si mismo.
El programa de la OSV
En la primera parte, la orquesta empezó con una cierta confusión de ajustes y afinación generalizada. La dificultad técnica de “Así habló Zarathustra”, obra de Richard Strauss que Stanley Kubrick utiliza magistralmente en 2001: Una odisea en el espacio, puso en la cuerda floja a algunas secciones de la OSV. Poco a poco se calentaron los motores y la percusión consiguió despertar al auditorio con El planeta de los simios de Jerry Goldsmith. El solo de saxofón en Blade Runner de Vangelis fue emotivo y la esperada Jurassic Park de John Williams, con la que finalizó la primera parte, arrancó aplausos y bravos del público.
Justo antes que diera comienzo la segunda parte, el director del Festival de Cine de Sitges salió al escenario para explicar el proyecto de colaboración entre la OSV y el Festival. En el breve discurso, hizo hincapié de la importancia de la música en el cine y cómo una obra musical puede transformar una escena y hacer de ella algo sublime e inolvidable.
Seguidamente empezó una segunda parte en la que la OSV supo lucirse mejor gracias al entusiasmo de su director Rubén Gimeno y disfrutamos con el fantástico solo de trompeta en Alien de Jerry Goldsmith. En esta segunda parte dos grandes maestros se repartieron el programa, Jerry Goldsmith y John Williams. El concierto finalizó con una de las bandas sonoras más famosas de la historia, Star Wars de John Williams.
Actualmente los auditorios y salas de conciertos se preguntan constantemente como atraer a un público más joven y poder seguir llenando las salas. Propuestas como ésta son, sin duda, una gran opción, música de calidad conocida por el gran público, tarareada y adorada también por los más pequeños. Pero todo el proyecto debería estar a la par en cuanto planteamos un espectáculo que pretende tener un componente visual esperado y no lo tiene. La producción parte de premisas muy interesantes pero debe mejorar en su puesta en escena y no morir en el intento.