‘El Médico’ deslumbra a medias en el Teatre Apolo
(‘El Médico’ ©teatreapolo)
ISRAEL DAVID MARTÍNEZ 14. ENE, 2025
En 2018, El Médico, el musical basado en la célebre novela de Noah Gordon, irrumpió en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid como un testamento a la ambición del teatro musical español. Con música de Iván Macías y libreto de Félix Amador, esta epopeya histórica se convirtió rápidamente en un referente del género, llegando a recorrer España en una extensa gira. Ahora, en el Teatre Apolo de Barcelona, la obra regresa con un reparto sobresaliente, pero también con limitaciones que impiden que su grandilocuente espíritu se despliegue por completo.
La trama sigue la extraordinaria vida de Rob J. Cole, un joven inglés del siglo XI que cruza continentes para aprender el arte de la medicina en Persia. Interpretada con gran intensidad por Beatriz de Teresa, la protagonista brilla al transmitir la mezcla de idealismo y vulnerabilidad que define a Rob. De Teresa no solo entrega una actuación vocal impecable, sino que ancla la narrativa con una conexión emocional genuina. A su lado, Alba Cuartero, como Mary, aporta una frescura encantadora, mientras que Franc de Luna, en el papel del Sha, domina el escenario con una autoridad vocal y presencia escénica que recuerdan a los mejores villanos de Broadway.
(‘El Médico’ ©teatreapolo)
La partitura de Iván Macías intenta abarcar la monumentalidad de la historia, oscilando entre momentos líricos y majestuosos coros. Sin embargo, el exceso se convierte en un obstáculo. La partitura o guión musical, con una duración cercana a las tres horas, pierde impulso en su tramo final, con una narrativa que repite giros dramáticos y desgasta la paciencia del público.
El espacio del Teatre Apolo, lamentablemente, no juega a favor de esta producción. Su modesta infraestructura no logra capturar la amplitud visual y sonora que la historia exige. Los músicos, relegados a una habitación oculta por falta de espacio –eso fue lo que nos aseguraron–, desaparecen del diálogo escénico, y la calidad de sonido—plana, desequilibrada, sin brillo, poco creíble debido a la amplificación—traiciona el trabajo de la orquesta y las voces. A destacar el extraordinario talento del clarinetista Álvaro Rodríguez.
Aunque la música peca de recurrir a clichés y diálogos predecibles, la historia conserva retazos del espíritu aventurero y humano que define a la novela de Gordon. El elenco, en su conjunto, resuelve con pasión las carencias de una producción que aspira más allá de sus medios.
El Médico es, en última instancia, un espectáculo que inspira valentía. Su corazón palpita con el eco de una epopeya clásica, pero su ejecución, limitada por decisiones técnicas y narrativas, impide que alcance su máximo potencial. En el Teatre Apolo, esta historia de viajes y descubrimientos nos recuerda que, a veces, incluso las ambiciones más nobles necesitan un escenario digno para brillar.