El Palau y Savall regalan Bach por Navidad
© A. Bofill
CARLOS GARCIA RECHE DIC. 20, 2019
El martes 17 de diciembre el Palau de la Música abrazaba la llegada de la Navidad con la “petición” de que Savall dirigiera el Oratorio de Navidad de J. S. Bach. Sorprende que en la extensísima y reconocida carrera de Savall, fundador de la Capella Reial de Catalanya y Le Concert des Nations, todavía queden obras del catálogo bachianosin pasar por las manos del mítico y reconocido director. El oratorio, formado por seis cantatas, se programó en dos conciertos consecutivos (martes: tres primeras, y miércoles: tres últimas), hecho que sin duda molestó a bastantes asistentes que no adquirieron bonos ni ofertas del ciclo Palau Bach, y que tuvieron que renunciar a una segunda entrada. La decisión de dividir la obra en dos sorprende entre otras cosas porque una duración media de, por ejemplo, el Mesías de Händel (también dirigida por Savall) sobrepasa tranquilamente los 150 minutos y siempre se interpreta íntegra, sumándose por si fuera poco, la coincidencia con un evento deportivo de máxima audiencia. La presente crónica solo responde por el concierto del martes. Al margen de esto hay que subrayar en la programación del Palau la reciente visita del contratenor Jakub Józef Orliński y las futuras de Jaroussky y de Bartoli poniendo en relieve el compromiso con la música vocal barroca. De hecho, el Palau puede presumir de una labor especialmente difusora del legado de Bach, la misma que, hace exactamente cincuenta años consiguió interpretar (íntegramente) el oratorio por primera vez en España, dirigida entonces por Lluís Maria Millet.
Durante el invierno de 1734, Bach, que ya ostentaba el cargo de Kantor de las principales iglesias de Leipzig, decidió escribir una serie de cantatas destinadas a la liturgia de los siete días de celebración. Ese año el 25 de diciembre cayó en sábado y finalmente compuso seis, que acabarían por conocerse como Weihnachtsoratorium,BWV 248. Bach utilizó materiales de cantatas anteriores, como las BWV 213, 214 y 215, además de otra cantata hoy perdida. El uso de reelaboración y reutilización de materiales era algo, como ya sabemos, habitual en el siglo XVII y XVIII, no solo dado entre obras del mismo compositor, como ocurre por ejemplo con el famoso Jesus bleibet maine Froide de la cantata BWV 147 de Bach, sino también entre obras de diferentes compositores. Las del Oratorio de Navidad se basan especialmente en la técnica de parodia “seria”, o el ensamblaje de partes y readaptación textual y musical; exactamente igual que ocurre en la colosal Misa en si menor, BWV 232. El libreto cuidadosamente otorga al oratorio gran cohesión global, con textos del Evangelio para los recitativos y nuevos para el resto.
EL ORATORIO
Savall y su guarnición de músicos cumplieron con las expectativas gracias a su excelente elenco de intérpretes y los cantantes solistas invitados. Sorprendió la puesta en escena, con sus flautas al frente del director y los magníficos instrumentos de época de Le Concert des Nations, liderados como siempre por el prestigioso violinista barroco Manfredo Kreamer. Las estrellas solistas fueron la soprano Katja Stuber, el contratenor Raffael Pe, Thomas Stimmel, en substitución del barítono-bajo Manuel Walser, y Martin Platz como narrador evangelista.
Tras anunciar la substitución a la audiencia, Savall se adentró con sus músicos en los primeros compases de la Kantate I. Respondieron efusivas las voces de la Capella Reial a las indicaciones del maestro en el coro inicial, salvando poco a poco una primera sensación de oquedad, a veces dada en el auditorio modernista. Destacó también en la primera cantata la pegadiza aria Bereite dich, Zion con Raffael Pe comodísimo en el registro contralto y Stimmel en el de bajo en la última aria Großer Herr, alabando al Creador con su dúctil y profunda voz, acompañado por un primer trompetista muy preciso en los trinos de labios.
Más papel tuvo Platz como evangelista en la segunda cantata con cuatro rezitativ, uno de ellos dando pie a la puntual intervención de la corista Elionor Martínez en su Anunciación. Instrumentalmente sobresalieron los solos de flauta en el recitativo de Was Gott dem Abraham y los peculiares oboes de caza, poco habituales en las salas de concierto, a cargo esta vez de los especialistas Alessandro Pique y Magdalena Karolak, firmando un bello empaste sonoro con la pareja de oboes d’amore y el continuo durante varios de los movimientos. Brilló por supuesto el magnífico número coral Ehre sei Gott in der Höhe con su extraordinario contrapunto.
Con esplendor respondió también el coro en Herrscher des Himmels en el primer movimiento de la Kantate III, dedicada a la adoración de los pastores. Muy sobresaliente fue el piadoso dueto Herr, dein Mitleid, dein Erbarmen de Katja Stuber (única aprición) y Stimmel, precediendo al delicado Schließe, mein Herze del contratenor Raffael Pe acompañado del violín de Kraemer, muy inspirado durante todo el concierto. Al pasional coral Seid froh, dieweil le siguió la repetición del primero de esta cantata, que puso punto y seguido a este primer concierto correspondido, eso sí, con una fuertísima ovación del público asistente, que obtuvo de Savall y de sus músicos el primer regalo de Navidad: la música de Bach. En palabras de Savall “esta música es la aportación más grande que ha hecho Europa a la cultura y el lenguaje europeo por excelencia”.