El violín de Gil Shaham
By ISRAEL DAVID MARTINEZ OCT. 23, 2016
Gil Shaham llegó a Barcelona. Del estuche sacó su Stradivarius Condesa de Polignac (1699). Subió al escenario y tocó. Enseñó a todos los presentes cómo se debe interpretar el Concierto para violín y orquesta “A la memoria de un ángel” de Alban Berg. Después aplausos. Como bises Bach. No podía ser de otra manera. Berg había citado en su concierto el coral de la Cantata nº 60. El Andante de la Sonata nº 2 BWV 1003 y la Gavotte en Rondo de la Partita nº 3 BWV 1006 fueron unos regalos inesperados. En ese momento tocamos el cielo. Shaham volvió a guardar su violín en el estuche y se marchó. ¿Y ahora?…Rebobinemos.
Interesante concierto el propuesto por la OBC este fin de semana pasado. Beethoven se encargó de abrir y cerrar “el telón” y, como sugerentes platos intermedios, Berg y Sor.
La Obertura Leonora nº 3, op. 72b es una de las cuatro oberturas que el compositor de Bonn dejó escritas para su ópera Fidelio. En los atriles de la orquesta surgió espontánea y atractiva, algo falta de profundidad pero incisiva en algunos momentos.
A continuación llegó Berg. Hay que decir que existieron algunos problemas con los diferentes planos orquestales. Los metales tuvieron pequeños desajustes, tanto de ensamblaje con el resto de los instrumentos como de matiz; la cuerda, en algunos pasajes, estuvo algo tímida, falta de fuerza. No obstante, la concertino invitada, la jovencísima Diana Tichenko, fue todo un acierto.
Ya en la media parte, Ferran Sor y la Obertura de su ballet Alphonse et Leonore ou l’amant peintre (primera audición para la OBC), lanzó al aire una incisiva pregunta ¿por qué, su música, no se programa asiduamente en nuestras orquestas?
Para terminar, Beethoven y su Sinfonía nº 7. Aquí el único protagonista fue el director invitado Constantin Trinks. Los que ya tenemos unos años hemos convivido con los tempi que, en su día, marcaran batutas como las de Karajan, Solti o Celebidache. Posiblemente, para los gustos de hoy en día, un tanto lentos. Después, con el paso del tiempo, realizamos un ajuste con los de Abbado, Chailly y finalmente Rattle. No obstante, la moda actual se mueve en parámetros desconcertantes. Parece que lo que se busca es llevar al extremo el metrónomo con el angustioso grito: ¡sálvese quien pueda! El resultado, si quieren, es espectacular pero carente de profundidad alguna. No por el hecho de correr vamos a disfrutar del paisaje, en todo caso, lo contrario.
Gil Shaham ya no está en Barcelona. Ahora enseña el arte de tocar el violín en otro lugar. Igual ha vuelto a Nueva York con su mujer, también violinista, y sus tres hijos. Pero los aquí presentes nos preguntamos, ¿cuándo volverá a darnos una clase magistral? Eso crea cierto desamparo para aquellos que saboreamos, en su última visita, las mieles de lo sublime.
La OBC ofrece este programa el 21, 22 y 23 de Octubre en el Auditori, Tel. 932-479-300, auditori.cat