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Eugenio Oneguin. La Fiesta Continúa

Eugenio Oneguin. La fiesta continúa

JOSÉ MARÍA GÁLVEZ     FEB. 7, 2025 (Fotos: ©Javier del Real / Teatro Real)

De la inocencia ingenua y candidez de la primera Tatiana a la experiencia de una vida principesca con intereses reales transcurre la historia que conocemos de Eugenio Oneguin, el antes es un rumor y el después una sospecha, más en las escenas líricas en tres actos y siete cuadros que el compositor ruso Piotr Illich Chaikovski (1840-1893) escribió a partir del drama de Aleksandr Serguéievich Pushkin (1799-1837), bajo el título homónimo de “Eugenio Oneguin, Op. 24”, concebido por el autor como ópera de cámara, pero con grandes pretensiones que la hacen no solo ejecutable sino encomiable en formaciones como la que estos días escuchamos en el Coliseo madrileño bajo su orquesta titular, cosa que supo ver el zar Alejandro III al ordenar trasladar las representaciones del Teatro Maly del Conservatorio de Moscú, donde se estrena en 1879, al Teatro Bolshói, en 1881.

La partitura, aunque escrita en tres actos, se vertebra en dos partes: una primera, antes del asesinato en duelo de Lenski a manos de su mejor amigo, el engreído Eugenio Oneguin, y una segunda, tras el paso del tiempo del duelo que le cuesta la vida al cuñado de Tatiana, en curioso paralelismo de la propia muerte de Pushkin en duelo contra su cuñado, y por las mismas razones que el del drama.

Loy refinado

Christof Loy se ha vuelto un habitual entre los directores de escena de las producciones puestas en pie en el Teatro Real con desiguales resultados pero nunca carentes de interés. La presente, que es una nueva producción del Teatro Real, en coproducción con Den Norske Opera & Ballet de Oslo y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, se disfruta como un trabajo cuidadosamente elaborado sobre fundamentos mínimos. El espacio, la geometría, los colores, la iluminación, austero y rico a la par, gozan del buen hacer de Olaf Winter en la iluminación, Raimund Orfeo Voigt en la escenografía o Herbert Murauer encargado del vestuario, todo ello salpicado de las coreografías de Andreas Heise, colaborador de Christof Loy en el “Capriccio, Op. 85” de Richard Strauss (1864-1949) de la temporada 2018-2019 del Real, consiguiendo no solo un buen resultado de los siete bailarines profesionales que figuran en el reparto, sino del mismo coro y los solistas, estando todos integrados en una única visión no exenta de contrastes, como la quietud de Tatiana mientras Lenski y Eugenio entierran su amistad de forma tempestuosa y la multitud celebra la fiesta del santo de la anfitriona, incluyendo escenas reservadas a cuartos oscuros, tres ambientes en un mismo espacio, chocan silenciosamente provocando un abanico de sensaciones al oyente (y espectador) que es producto, sin duda de la pluma del compositor ruso, pero también de un trabajo que se muestra refinadamente elaborado por el equipo que aglutina Christof Loy a su alrededor.

Tatiana. Ingenuidad y fortaleza

Decir impecable para la mas vasta de las significaciones de la interpretación de la soprano rusa Kristina Mkhitaryan es no hacer justicia a una voz que se desliza por las líneas no escritas del pentagrama, suave pero no frágil ni escasa, flexible y de fraseo natural, sin esfuerzo, sin desfallecimientos siquiera puntuales, en tan complicado papel, al que acompañó una incuestionable interpretación teatral, que tuvo uno de sus cúlmenes en la escena de la carta, emocionando al público presente. Una Tatiana de altura que mostró a la niña ingenua que quiere ser al principio y a la mujer segura y fuerte que aunque tropieza no cae, que es al final. La mezzosoprano rusa Victoria Karkacheva, como Olga, hermana de la anterior, con fresco y grácil instrumento estuvo a la altura de la hermana deseada, a la vez causa de la ruptura de los amigos Eugenio y Lenski. El primero, da nombre al drama, interpretado por el barítono ucraniano Iurii Samoilov, con una entrega total al ora altivo, ora rastrero, ora perdido “niño bien”, como lo califica Joan Matabosch en las notas al programa, sin descanso tanto en lo escénico como en lo vocal, que aunque no sea homogéneo en todo su registro es más que válida y satisfactoria su interpretación, que contrasta en tono y carácter con la del tenor, también ucraniano, Bogdan Volkov en el papel de Lenski, emotivo, dulce y sentido, moldeando la frase como la piel de un guante, especialmente en el “Kuda, kuda, vi udalilis” del Segundo Acto. Ejemplar estuvo la mezzosoprano sueca Katarina Dalayman en el personaje de Larina, madre de las hermanas Tatiana y Olga y simplemente increíble la veterana mezzo italiana Elena Zilio como la enfermera Filípievna, con voz firme y rotunda a la par que acorde a su papel, sin que la orquesta la amortiguara en ningún momento. No desentonó el bajo ruso Maxim Kuzmin-Karavaev al dar vida al príncipe Gremin, galante y templado, haciendo gala de unos fiatos memorables. El resto del elenco es digno de tal reparto. El bajo alemán Frederic Jost como Capitán cómodo en su papel, el tenor sevillano Juan Sancho destaca como Monsieur Triquet que con sus globos y la escenografía que Loy le asocia rinde homenaje a la “Niña con globo” de Banksy y su simbología de lo efímero.

Lo efímero del amor, la vida y la muerte, el honor y la deshonra, todo ello se mezcla en la misma caja de escenario, confundiendo sirvientes con invitados, pura entropía que no consigue erosionar el torrente sonoro, en ocasiones enteramente sinfónico, de la música de Chaikovski.

Gimeno y Basso

Responsable de la gran interpretación de esta partitura es Gustavo Gimeno, al que ya hemos gozado en “El ángel de fuego” del ucraniano Sergéi Prokófiev (1891-1953), arrebato y vértigo en llamas lo titulaba en mi crónica de fecha 27 de marzo de 2022, donde calificaba la actuación del maestro Gimeno como agraciada dirección de un inmenso Gustavo Gimeno, del que desearíamos una larga colaboración con el Coliseo madrileño, palabras que confirmo y reitero con más convencimiento que hace tres años. La tarea complementaria sobre el coro que lleva a cabo José Luis Basso está a la altura de la de la Orquesta Titular del Teatro Real.

Más información:

https://www.teatroreal.es/es

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