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Klaus Mäkelä Debuta En El Palau

Klaus Mäkelä debuta en el Palau

TELMO SANS RUIZ     ENE. 27, 2025 (Fotos: ©A. Bofill)

El domingo 26 de enero era una fecha marcada en rojo por melómanos y aficionados por igual. Se daban cita en el Palau de la Música la batuta más prometedora de la dirección, si no es que ya establecida, del aún joven finés Klaus Mäkelä, junto a una de las grandes orquestas de Europa, la Royal Concertgebouw. En el maridaje, un repertorio de altos voltios con obras de Unsuk Chin, Wagner y Richard Strauss.

Sin duda el repertorio escogido se puede categorizar de atrevido para un debut, sin sinfonía ni concierto alguno y corta duración total, en contraste a las programaciones más habituales de las salas de conciertos de la ciudad condal.

Empezó la velada con un estruendoso aplauso a la figura del momento en la música clásica, como cabría de esperar, que apenas dejó tiempo a que acabaran los aplausos para encadenar con la primera obra, Subito con forza de la compositora surcoreana Unsuk Chin. La excelente escritura de texturas e instrumentación que caracterizan a Chin fueron un deleite de introducción en los que se pudo ver a más de un oyente sorprendido de tal despliegue de paleta de sonidos. Un buen inicio que encadenó con el Idilio de Siegfried de Richard Wagner. Originalmente escrita para 13 músicos, uno por cada instrumento de viento más quinteto de cuerda, se utilizó una versión posterior y más común con 35 músicos en la que se agranda la sección de cuerda. Esta versión sorprende al no emitir el sonido camerístico original de la música, ni la profundidad y densidad de las cuerdas de las óperas en Wagner, por lo que uno se queda a medio camino. Aún y así el público barcelonés agradeció efusivamente la primera parte de la velada y después de el intermedio, llegó la esperada Vida de héroe de Richard Strauss.

Es duro y quizás injusto (o no), juzgar y comparar a un joven músico de 29 años con las grandes figuras que pasan cada año por las salas de Barcelona. Háblese de Dudamel, Petrenko, Pappano o Muti, nos han (mal)acostumbrado a un nivel apoteósico de interpretaciones musicales. La de Mäkelä fue una gran interpretación de una muy complicada partitura, pero faltó la magia de las grandes veladas, que, por otra parte, no hay duda que en su muy extensa carrera que se le espera la logrará.

Más información:

https://www.palaumusica.cat/ca

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