ISRAEL DAVID MARTÍNEZ     SEP. 26, 2024 (Fotos: © Sergi Panizo)

La temporada 2024-2025 del Gran Teatre del Liceu de Barcelona arrancó de manera majestuosa con una producción imponente de la controvertida y apasionante ópera ‘Lady Macbeth del distrito de Mtsensk’ de Dmitri Shostakovich. La puesta en escena, concebida por el aclamado director Àlex Ollé, miembro destacado de La Fura dels Baus, aportó una lectura visualmente impactante y simbólicamente poderosa a esta trágica obra, logrando momentos de gran tensión y belleza enigmática.

Ollé, fiel a su estilo vanguardista, hizo uso de un elemento acuático recurrente a lo largo de la producción, que simbolizó el bautizo emocional y moral de los personajes inmersos en una espiral de violencia, traición y desesperación. Este recurso visual y sonoro, presente tanto en el decorado como en la coreografía escénica, enfatizó la alienación y la claustrofobia que envuelven a los personajes de esta ópera brutalmente intensa. A través de un uso magistral de la luz y el movimiento, Ollé capturó el espíritu opresivo y distorsionado de la Rusia provincial que Shostakovich retrata, logrando así momentos que oscilaban entre lo perturbador y lo fascinante.

El elenco vocal estuvo a la altura de las exigencias dramáticas y musicales de esta compleja partitura. Destacó la soprano estadounidense Sara Jakubiak en el papel de Katerina Izmailova, ofreciendo una interpretación cargada de emoción y fuerza. Jakubiak navegó por las exigentes líneas melódicas y los momentos de intensidad psicológica con una facilidad técnica y una profundidad expresiva asombrosas, retratando a una Katerina tan vulnerable como despiadada. Alexei Botnarciuc (Boris Izmailov) e Ilya Zinovi (Zinovi Ismailov) completaron un trío central de gran calibre. Botnarciuc, en particular, impresionó con su presencia imponente y su capacidad para conjurar la villanía de su personaje sin caer en el estereotipo, mientras que Zinovi ofreció una interpretación matizada y desgarradora.

La dirección musical corrió a cargo de Josep Pons, quien una vez más demostró ser un maestro con oficio. Bajo su batuta, la Orquesta del Gran Teatre del Liceu ofreció una interpretación que combinó precisión técnica y pasión sonora. Los momentos orquestales brillaron especialmente con los solos de Cristoforo Pestalozzi (cello), Joaquín Arrabal (contrabajo) y Bernardo Verde (fagot), quienes destacaron por su virtuosismo y capacidad para transmitir el carácter sombrío y satírico de la partitura de Shostakovich.

No obstante, no todo fue impecable. Uno de los aspectos más criticables de la noche fue el uso de amplificación en ciertos momentos corales y en algún solista. La instalación de altavoces de baja calidad resultó ser una decisión desafortunada, afectando la experiencia sonora de una producción que, por su misma naturaleza, debería evitar cualquier tipo de intervención tecnológica que distorsione la acústica natural del teatro. Este detalle, aunque no logró empañar el éxito general de la velada, sí dejó un sabor agridulce en una producción que por lo demás estuvo llena de aciertos.

En resumen, esta Lady Macbeth no solo marcó un inicio memorable para la nueva temporada del Liceu, sino que también reafirmó el estatus del teatro como uno de los escenarios operísticos más importantes de Europa. La combinación de un elenco de primer nivel, una dirección musical magistral y una puesta en escena que supo capturar la esencia de la obra promete una temporada que será difícil de olvidar.

Más información:

liceubarcelona.cat/