(Photo by Josep Molina)

By ISRAEL DAVID MARTINEZ     FEB. 2, 2017

Palau de la Música–20:30–Trio Ludwig–primer concierto de la integral de los tríos para violín, violonchelo y piano de Beethoven–se avisa de la prohibición de utilizar dispositivos móviles –los intérpretes salen al escenario–aplausos–silencio–público de múltiples nacionalidades con retraso–el concierto no empieza–algunas personas hacen levantar al público (filas enteras) para alcanzar los asientos deseados–tras esperar con cara de póker, durante varios minutos, Abel y Arnau Tomàs (Cuarteto Casals) junto a la pianista Hyo-Sun Lim empiezan a leer dubitativamente el primer movimiento del Trio para piano en Mi bemol mayor, op. 1, nº 1– algunos objetos (increíblemente pesados) van cayendo en diferentes puntos estratégicos–el ruido es grotesco–final del primer movimiento y el público empieza a aplaudir como nunca–empieza el segundo movimiento– la gente comenta en voz alta dónde irán a tomar algo–numerosas familias intentan apaciguar a las criaturas–algunos niños bajan y suben de las sillas, sin parar, alcanzando velocidades inhumanas, velocidades hipnóticas–aparecen móviles por doquier con los que se hacen fotografías con flash, fotografías sin flash y videos–se aplaude tras cada uno de los movimientos como si no hubiera un mañana–el Trio Ludwig no entiende qué ocurre– los objetos (yunques, troncos, cucharones, salamis) siguen cayendo al suelo con el consiguiente ruido–termina la primera obra de la primera parte–numerosos turistas se levantan como si estuvieran en un bar y se van comentando el espectáculo–ruidos de sillas, toses, cadenas que se arrastran por el suelo–durante la interpretación del Trio para piano en Do menor, op 1 nº 3 el público aplaude tras cada uno de los movimientos y realiza comentarios en voz alta : ¡muy bien!, ¡ánimo!, ¡vosotros podéis!–media parte–caras de pocos amigos–los turistas tocan todo lo que está a su alcance e intentan entrar por todas las puertas–más fotos–más videos–más ruido y más aplausos entre los movimientos del Trio para piano en Mi bemol mayor, op. 70 nº 2–se termina el concierto…

Debemos hacer algo. No se puede continuar así. Por el bien de la música, de los intérpretes y también del público habitual, hay que tomar cartas en el asunto y no mirar hacia otro lado.

Nota: No hay constancia visual de los yunques, troncos, cucharones, salamis y cadenas.

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