¿Música de Navidad?
© May Zircus
JOSUÈ BLANCO DIC. 16, 2019
La OBC cierra el año y se despide con una de las obras tradicionalmente asociada a estas fechas, el inmenso oratorio de Händel: El Mesías.
“Si estaba dentro o fuera de mi cuerpo, no lo sé. Dios lo sabe!” Con esta célebre frase el propio Händel definía la composición del coro más famoso del Mesías, el majestuoso “Hallelujah”. Pero sin duda hay mucha música más allá de este coro que concluye la segunda parte de la obra.
Divido en tres partes con 47 diferentes arias, recitativos y coros, el Mesías de Händel es toda una declaración de intenciones llegando a la cumbre de lo que se conoce como drama coral u oratorio dramático, con similitudes con la ópera pero con una clara y cerrada temática religiosa. De esta época también son otros oratorios como Saúl, Israel en Egipto o Sansón.
La música para el Mesías se completó en 24 días de composición rápida. Las 259 páginas del puntaje del autógrafo muestran algunos signos de prisa, como borrones, rasguños, barras sin rellenar y otros errores no corregidos. Al final de su manuscrito, Händel escribió las letras “SDG”: Soli Deo Gloria, “Solo a Dios la gloria”. Esta inscripción, tomada con la velocidad de la composición, ha alentado la creencia de que el compositor escribió la música en un fervor de inspiración divina. El esfuerzo de escribir tanta música en tan poco tiempo no era inusual para Händel y sus contemporáneos; El compositor comenzó su siguiente oratorio, Samson, una semana después de terminar el Mesías, y completó su borrador de este nuevo trabajo en un mes. También cabe señalar que el autor aprovechó material de obras anteriores, una práctica habitual en determinados compositores. Aunque la obra estuvo en constante revisión por parte del compositor, elaborando adaptaciones para tesituras de determinados cantantes.
La OBC nos ofreció en esta ocasión la versión integra, sin ningún corte y siguiendo la estructura de tres partes, contando con la colaboración del Cor Bruckner Barcelona y el Cor Lieder Càmera. En la parte solista la soprano María Hinojosa, la mezzo Mireia Pintó, el tenor Alejandro del Cerro, i el barítono Josep Ramon Olivé. Un amplio juego de voces que se reparten entre recitativos solos y duos o junto al coro, ampliando la gama de registros, casi haciendo sufrir a las voces más graves como la del barítono o la mezzo, quienes tienen que lidiar con fraseos cambios de registro importantes a la vez que competir con la orquesta, a Kazushi Ono también se le notó el empeño de equilibrar todos estos elementos para lograr una audición más que aceptable en una sala como la Pau Casals, siempre un reto para los solistas.
Cerramos de esta manera el año 2019 con Kazushi Ono al frente de la OBC, con una obra que seguramente, y tristemente, algunos llegaran a aburrir en estas fiestas, pues se ha convertido en todo un referente del espíritu navideño, aunque en sus orígenes fue estrenada un 13 de abril de 1742, pues la obra estaba pensada para la Pascua, tratando la vida de Jesús en su amplio espectro, no solo su nacimiento. Con esta idea el compositor la siguió dirigiendo en Pascua todos los años hasta su muerte en el Foundling Hospital de Londres, a modo de función caritativa para obtener fondos para la asociación. Quizá sea por este motivo que se asocie al espíritu navideño más que por su contenido musical o temático.
Sea como fuere les deseamos unas buenas fiestas a la OBC y a Kazushi Ono, así como a nuestros lectores, esperando a desearles un feliz año nuevo para su vuelta el 24 de enero, día que la OBC volverá a la carga abriendo el Festival Beethoven250.
