Nuevo curso
(Photo by A. Bofill)
By JOSUE BLANCO SEP. 13, 2017
Casi a mitad de septiembre es momento de encender los motores de la escena cultural y en El Gran Teatre del Liceu saben hacerlo por todo la grande y en esta ocasión de una forma muy relajada. Y es que Il Viaggio a Reims, la opera con la que el Gran Teatro abre el telón de esta temporada, nos habla justamente del encuentro de un grupo de aristócratas procedentes de diferentes países en un balneario antes de viajar a Reims para la coronación de Carlos X de Francia.
Rossini escribió esta opera como un encargo para el ya mencionado acto de coronación; cabe señalar que aunque se trata de una ópera bufa o cómica su contexto histórico fue algo más tenso: hacía 26 años del asesinato de Luis XVI a manos de los revolucionarios, 10 años de la derrota y exilio de Napoleon y faltaban 5 años para que el mismo Carlos X se tuviese que exiliar; la coronación de Carlos X fue de hecho la última en Francia.
Por estas razones Rossini debió suponer que la obra no tendría un largo recorrido más allá de la ceremonia hecho que le llevó a reciclar más de la mitad de la música en su posterior ópera Le comte Ory. Y así fue: Il viaggio cayó en el olvido hasta el 1977 cuando se encontraron nuevos materiales de orquesta de la obra que permitieron una revisión adaptada de esta; finalmente se haría sitio en las carteleras tras dirigirla Claudio Abbado en 1984. Al Gran Teatro del Liceu llegó finalmente en el 2003.
Después de 14 años nos volvemos a encontrar con Il viaggio, esta vez sin piscina ni bañadores, pero si con albornoces y al más puro estilo “spa” en un montaje que viene de la mano de Emilio Sagi y la dirección musical de Giacomo Sagripanti en una coproducción del Rossini Opera Festival y el Teatro Real. Una producción que ha optado por unir a voces consagradas de la escena lírica con nuevos talentos que conformaron el amplio elenco de nada menos que 14 solistas en el escenario, con nombres como Carlos Chausson, Pietro Spagnoli, Maite Beaumont o Sabina Puértolas entre otros.
Grandes nombres y nuevos talentos se dieron la mano en una obra marcadamente belcantista, virtuosística, repleta de arias, dúos y concertantes, hasta llegar al punto climático de la obra en el concertante a 14 voces donde todos los solistas se unen dando fin a la primera parte. Como el mismo Rossini señala: “la base y el objetivo de este Arte ha de ser el placer: melodía simple – ritmo claro” aunque eso no quita la impecable actuación de la orquesta sinfónica del Gran Teatre del Liceu, en especial los magníficos solos de flauta y arpa respectivamente.
La puesta en escena que propone Sagi remarca perfectamente el retrato psicológico de este grupo de nobles atrapados en el balneario Il Giglio d’Oro, mostrando los problemas y obsesiones de este grupo de privilegiados. Los dos actos transcurren en este único espacio donde se desenvuelven y resuelven los celos, la vanidad, los sucesos amorosos y los estereotipos nacionalistas en un claro marco francés “a la italiana”, donde el rey Carlos X se vuelve el centro de la historia cumpliendo el cometido original del encargo.
Como señala Sagi, Il Viaggio a Reims es en realidad “el viaje a ninguna parte”.
Iniciamos así la temporada en el Liceo esperando que este sea un viaje con suficientes caballos de refresco y con un final a la altura del Gran Teatro del Liceu.