Boccherini de lujo en Innsbruck
By ISRAEL DAVID MARTINEZ (Innsbruck) AGO. 15, 2018
La Accademia Ottoboni es un prestigioso ensemble especialista en repertorio barroco italiano. Fundado en el año 2004, en Roma, han intervenido en los festivales más importantes en el campo de la música antigua y han conseguido, con algunas grabaciones discográficas, los máximos reconocimientos: “Diapason d’Or”, “Gramophone Editor’s Choice”…
En el concierto que interpretaron el pasado 11 de Agosto de 2018 en la Sala Española del Palacio de Ambras, en el marco del Festival de Innsbruck, se realizó un monográfico del compositor italiano Luigi Boccherini. Concretamente se escogieron sus quintetos más representativos tanto para guitarra y cuerdas ( Mi menor G. 451 y Re mayor G. 448 “Fandango” ), para flauta y cuerdas ( La mayor G. 463 y Sol menor G. 426), para terminar con “La musica notturna delle strade di Madrid” en Do mayor G. 324.
La Sala Española
Antes de comentar algunas cuestiones sobre la interpretación es necesario incidir en la peculiar ubicación del concierto. La famosa y espectacular Sala –uno de los símbolos de la ciudad– no es un auditorio al uso, la visión de los laterales, por ejemplo, es muy pobre y, desde luego, no es el mejor lugar para colocar a la crítica internacional que cubría el evento. No obstante, posee una cualidades acústicas extraordinarias. Si a partir del mes de Octubre de 2018 Innsbruck contará con un nuevo auditorio en el centro de la ciudad, Das Haus der Musik, es necesario seguir programando, en el futuro, algunos conciertos de cámara en la citada sala. Es un tesoro austríaco que merece seguir albergando evento musicales.
Interpretación
Sobre la interpretación poco que decir. La Academia Ottoboni son perfectos, geniales. Tienen la capacidad de analizar minuciosamente las obras y extraer belleza de cada uno de los compases. Ellos no tocan música sino recrean poesía. Técnicamente son excelentes y emiten un sonido armónico del conjunto al alcance de muy pocos. Destacar a dos miembros: Manuel Granatiero, profesor de flautas históricas en el Conservatorio de Perugia, consiguió extraer sonidos de tal belleza que costaba entender que en sus manos, solamente, tuviera una flauta. Parecía como si hiciera sonar un órgano celestial. El violonchelista Marco Ceccato, titular de la Cátedra de violonchelo barroco de la Universidad de Oporto, sorprendió gratamente al realizar pasajes de extrema belleza con armónicos naturales.
Como bis del concierto se volvió a interpretar el famoso Fandango en el que los dos violonchelistas, con el público absolutamente entregado, realizaron un contrapunto eléctrico con castañuelas… ¡y cascabeles!