Saltear al contenido principal
Les Grands Ballets Canadiens De Montréal En El Liceo De Barcelona

Les Grands Ballets Canadiens de Montréal en el Liceo de Barcelona

© A. Bofill

By EVA MESALLES     SEP. 17, 2019

Les Grands Ballets Canadiens de Montréal asombraron al público barcelonés el pasado domingo día 15 de septiembre en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona con una producción dividida en dos actos. En la primera parte se interpretó el “Stabat Mater” de Giovanni Battista Pergolesi (Italia,1710-1736) con la coreografía de Edward Clug. Esta obra es la más característica del repertorio de Pergolesi, escrita para dos voces en 1736, semanas antes de la muerte del autor. Tras un descanso de treinta minutos se inició el segundo acto. La “Séptima Sinfonía” de Beethoven (Bonn,1770-Viena,1827) fue la obra escogida por el coreógrafo alemán Uwe Scholz. Beethoven compuso esta sinfonía en un momento de derroche intelectual y arrebato creativo. La combinación de las dos obras maestras de épocas diferentes (Barroco y Romanticismo) fue exigente y requirió por parte de los intérpretes delicadeza y fuerza.

© A. Bofill

El programa doble fue la apuesta y carta de presentación de Ivan Cavallari (Bolzano 1964), el nuevo director artístico de Les Grands Ballets Canadiens de Montréal desde la temporada 2017-2018. Esta potente y emblemática compañía del movimiento de danza de Quebec, fue fundada en 1947 por la legendaria Madame Chiriaef y se ha mantenido como un centro de innovación permanente donde los coreógrafos pueden dar rienda suelta a su imaginación. En su presentación en Barcelona fueron acompañados por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo dirigida por Dina Gilbert, actualmente  la directora musical de Les Grands Ballets Canadiens. Formada en Montréal con el maestro Kent Nagano es valorada por su energía, precisión y versatilidad. Las voces en el “Stabat Mater” de Pergolesi fueron de la soprano quebequesa  Kimy Mc Laren, y la mezzosoprano  de Montréal Maude Brunet. Ambas cantantes realizaron una hermosa y cálida interpretación. La orquesta estuvo correcta en el “Stabat Mater” y la lectura de la “Séptima Sinfonía” de Beethoven careció de cierta profundidad y detalle.

El proyecto de presentar dos obras magistrales resultó ambicioso. Edward Clug concibió una coreografía minimalista y moderna que buscó la expresividad y la poesía visual con una puesta en escena austera y sombría. El trabajo de Uwe Scholz se distinguió por la elegancia y la búsqueda de un clasicismo atemporal. Los bailarines de la compañía demostraron precisión técnica y expresividad. El resultado fue una composición que cautivó gracias a su energía y viveza. La concepción de la escenografía y del vestuario del leridano Jordi Roig, refinada y minimalista, cedió todo el espacio a la danza. Las voces y orquesta en directo crearon el ambiente perfecto para disfrutar de una velada mágica.

© A. Bofill

liceubarcelona.cat

Volver arriba