(Photo by Felix Broeder)

By ISRAEL DAVID MARTINEZ     ENE. 25, 2017

Concierto de corte tradicional, Cuarteto Jerusalem, para una de las noches más gélidas del año.

El Cuarteto núm. 5 en Re mayor op.64 de J. Haydn, conocido como “L’ alosa”, es uno de los más asiduos en las programaciones. La interpretación fue precisa, clásica en su concepto, sonido bellísimo. Hay quien encontrará que hoy en día se debe buscar nuevas formas de abordar este tipo de repertorio, encontrar un tipo de sonido más contemporáneo en los textos más antiguos. Ese no es el caso que nos ocupa. El Jerusalem se asienta en un clasicismo bien construido desde una tradición sumamente romántica.

Tras romper el “hielo”, Prokofiev y su Cuarteto nº 1. Escrito en su madurez, el autor buscó inspiración en Beethoven para enfrentarse a un género temido y respetado por todos los compositores. Hay que decir que el resultado es un tanto misterioso y dubitativo. Una forma algo incongruente no facilita su lectura, aún así, los intérpretes aportaron fuerza y color.

En la segunda parte una única obra, el Cuarteto de cuerda núm.7 en Fa mayor op. 59 “Razumovsky” de Beethoven. El conocimiento hondo y amplio de cada uno de los compases hizo que se alcanzara belleza y expresividad dramática bajo un control definido de las articulaciones y matices.

Durante el año este conjunto tienen previsto realizar la integral de los cuartetos de cuerda de B. Bartok. Una buena excusa para volver a tenerlos en Barcelona.

Esperemos que con algún grado más.

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