‘Carmen’: química atractiva en el Liceu
ISRAEL DAVID MARTÍNEZ ENE. 14, 2024 (Fotos: ©David Ruano)
La majestuosidad del Gran Teatro del Liceu de Barcelona se convirtió en el escenario de la conocida producción de Calixto Bieito de la aclamada ópera “Carmen” de Georges Bizet.
La ópera “Carmen”, conocida por su intriga apasionante y su música vibrante, se presta a interpretaciones intensas y dispares que cautivan al público desde el primer acorde. No obstante, la puesta en escena de Bieito no logró capturar completamente la esencia ardiente y la complejidad de la trama. Desde los primeros compases, la producción no alcanzó la chispa necesaria para transportar a la audiencia a la atmósfera vibrante y apasionada de la España del siglo XIX. Las transiciones entre escenas a menudo resultaron inexistentes, rompiendo la fluidez que la ópera requiere para mantener al espectador inmerso en la historia. La falta de cohesión entre los elementos visuales y la música, en lugar de enriquecer la experiencia, dejó a la audiencia con una sensación de desconexión.
El elenco, aunque compuesto por artistas talentosos pertenecientes al segundo cast, no logró alcanzar en conjunto el nivel de excelencia. La interpretación del personaje principal, Carmen por Varduhi Abrahamyan, fue convincente y destacó junto al tenor Leonardo Capalbo como Don José. La química entre los protagonistas fue explosiva, lo que contribuyó a desarrollar correctamente la intensidad dramática de la historia.
En cuanto a la dirección musical, si bien la orquesta ejecutó la compleja partitura con extraordinaria habilidad, la interpretación careció de la pasión y la energía que caracterizan a las grandes versiones de “Carmen”. Los momentos más apasionados y emotivos de la obra fueron tratados con cierta falta de dinamismo, dejando al público anhelando la intensidad que la música de Bizet merece.
A pesar de estos desafíos, el coro y el ballet merecen un reconocimiento especial. Gran trabajo y pasión por la profesión.
En conclusión, la producción de “Carmen” en el Gran Teatro del Liceu fue discutible en la producción. A pesar de algunos aciertos técnicos, la falta de cohesión en la dirección artística y la interpretación desigual del elenco impidieron que la obra alcanzara su máximo potencial. Dicho esto, siempre vale la pena acercarse al Liceu para disfrutar del gran repertorio.