Las nuevas voces despuntan en el Viñas
(Photos by Antoni Bofill)
By CARLOS GARCIA RECHE FEB. 22, 2018
La ventosa tarde del pasado domingo 27 se despidió con una velada memorable para el Gran Teatre del Liceu, acogiendo la 56ava edición del afamado concurso Tenor Viñas, en la que por primera vez dos cantantes se alzan con el primer premio empatados. Fue la tarde soñada de la soprano rusa Aigul Khismatullina y del tenor peruano Iván Ayón, que se impusieron en una reñida edición en la que rivalizaron 529 cantantes de 61 países con una notoria participación asiática. Las audiciones preliminares han tenido lugar desde noviembre en Pekín, Moscú, Milán, Berlín, París, Madrid, Nueva York, San Francisco y Barcelona, siendo estas últimas acogidas por el Conservatori Liceu, uno de los patrocinadores del concurso. La semifinal y la final se celebraron en el Gran Teatre Liceu.
El jurado formado por Christina Scheppelmann, Viorica Vortez, Toni Gradsack, Tobias Hasan, Annette Weber, Makvala Kasrashivili, Peter Mario Katona, Joan Matabosch, Dolora Zajick, Diane Zola y Christian Schirm, dio a conocer el siguiente fallo el mismo día de la final (25 de enero):
1- Iván Ayón y Aigul Khismatullina (Premio Exaequo)
2- Liv Redpath (Estados Unidos)
3- Long Long (China)
4- Jaka Mihelac (Eslovenia)
5- Valentyna Pluzhnikova (Ucrania)
6- Siman Chung (Corea del Sur)
El Liceu apareció abarrotado de amantes de la ópera que recibieron con exaltación, cariño y mucha curiosidad a las nuevas y emergentes voces de la música clásica. Los cantantes fueron acompañados por la Orquesta Simfònica del Liceu, dirigidos por Santiago Serrate y en una ocasión por la pianista Anna Crexells. En el recital actuaron los 7 clasificados (premios oficiales) y otros dos concursantes que obtuvieron premios extraordinarios.
EL RECITAL
El estadounidense Jacob Scharfman fue el primero del recital en abrir boca con una melancólica Gott sei mir gnädic del oratorio Paulus, de Mendelsohn. El barítono ofreció una cálida y sentida aria, bien contrastada en su parte central, en una interpretación digna de su Premio Extraordinario al mejor intérprete de Oratorio-Lied.
La segunda interpretación la protagonizó el tenor almeriense Juan de Dios Mateos, una de las promesas del panorama nacional, que recibió el Premio extraordinario Plácido Domingo al mejor cantante español con una agraciada y exigente Ah, mes amis!, de la ópera La fille du regiment de Donizetti, una de las más difíciles arias del repertorio belcantista.
La siguiente actuación fue del coreano Siman Chung, uno de los pocos contratenores clasificados para las preliminares y premiado con el sexto puesto. En su lucimiento apostó por Son reo, l’error confesso de Mitrídates, ópera seria de Mozart y por una más modesta Dove sei, amato bene! de Rodelinda de Haendel.
La ucraniana mezzosoprano Valentyna Pluzhnikova, ganadora del Quinto Premio y de un Premio Extraordinario, interpretó una vibrante y dramática Smanie implacabili, de la jocosa Cosi fan tutte seguida de la pasional O mio Fernando de la grand opéra La Favorita, de Donizetti, que le valió una sonoro aplauso.
La primera parte del concierto finalizó con el barítono esloveno Jaka Mihelac, ganador del Cuarto Premio y dos extraordinarios, que apostó por el Fausto de Gounod con su melosa Avant de quitter ces lieux. Prosiguió con la célebre Largo al factotum de El barbero de Sevilla, en una bravísima interpretación cómica y tenaz que provocó en la audiencia una predecible y fuerte ovación.
ENTREGA DE PREMIOS Y GANADORES
Tras la pausa de la primera parte (una manera de asegurarse la permanencia del público asistente), tuvo lugar la protocolaria entrega de premios que esta edición han alcanzado la cifra de 115.000 euros (7.000 más que la edición anterior), repartidos en 72.000 entre los seis premios oficiales, 21.000 entre los cuatro especiales y 22.000 entre los dieciséis premios extraordinarios.
El concierto reanudó con el tenor chino Long Long, valedor del Tercer Premio y de dos premios extraordinarios, que interpretó la famosa Donna è mobile de Verdi y con una aclamada Carmen (La fleur que tu m’avais jetée) de Bizet consolidando su merecido puesto.
Le siguió Liv Redpath, soprano estadounidense premiada con el Segundo Premio, uno especial y uno extraordinario, que cantó Deh vieni non tardar, de Las bodas de Fígaro antes de interpretar una inspiradísima Sonnambula de Bellini con Ah, non credea mirarti. Su delicado fraseo en el solo final contuvo el aliento de todo el teatro que estalló con aplausos y entusiasmo.
Por último, llegó el esperado turno de los ganadores de la última edición del concurso Tenor Viñas, en el que los dos ganadores repartieron la tarta final en cuatro actuaciones intercaladas. La soprano rusa de 29 años, ganadora también de dos premios extraordinarios, repitió con el Rigoletto de Verdi en una apacible Caro nome llena de virtuosismo y coloratura en los agudos y sobreagudos. Aigul culminó su recital con la impresionante aria Der Hölle Rache (La flauta mágica) para deleite del público. Ni siquiera una serie de inoportunos pitidos (de una silla de ruedas) evitó a la soprano convertirse en la indiscutible reina de la tarde.
El joven tenor de 25 años despuntó también con un sobresaliente Donizetti (Una furtiva lacrima, L’elisir d’amore), con un color y fiatomuy cuidados. El peruano, ganador también de un premio extraordinario y un especial, coronó su recital con su lado verista en La Bohème, ofreciendo una descomunal interpretación de Che gelida manina.
Y así un año más el Concurso Tenor Viñas se despide con un reforzado patronazgo y con un renovado compromiso con el desarrollo y la cultura en la búsqueda de futuras promesas de la ópera y la lírica.