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Mozartwoche 2025: una semana mágica en Salzburg
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(Mozartwoche 2025, Premiere der Oper L´Orfeo im Haus für Mozart Salzburg, Festspielhaus, Foto: Franz Neumayr)
ISRAEL DAVID MARTÍNEZ FEB. 5, 2025
Cada año, la ciudad de Salzburg se transforma en el epicentro de la música clásica durante la Mozartwoche, un festival que busca celebrar el legado del compositor más ilustre de Austria. Bajo la dirección de Rolando Villazón, el festival ha evolucionado para incluir no solo la obra de Wolfgang Amadeus Mozart, sino también la de aquellos que lo inspiraron y, en algunos pocos casos, la de aquellos que fueron inspirados por él. Sin embargo, la edición de 2025 ha generado opiniones divididas. A lo largo de un fin de semana que prometía grandeza, los asistentes fueron testigos de interpretaciones magistrales, pero también de decisiones cuestionables en la selección del repertorio.
Viernes 31 de enero, Monteverdi en la Haus für Mozart
El festival comenzó –para el equipo de Press-Music– con una ambiciosa apuesta: L’Orfeo SV 318 de Claudio Monteverdi, considerada una de las primeras óperas de la historia. La Haus für Mozart estaba repleta de expectación cuando el telón se levantó para revelar una producción que, si bien ofrecía momentos de gran belleza, también exhibía carencias difíciles de ignorar. El elenco, liderado por Villazón, cumplió con solvencia su cometido, pero la escenografía del primer acto se sintió pobre y carente de impacto. Sin embargo, la mayor crítica recayó sobre el acompañamiento instrumental. En un auditorio de las dimensiones de la Haus für Mozart, el conjunto de cuerdas compuesto por apenas tres violines, una viola y un cello resultó insuficiente para llenar el espacio sonoro, generando una interpretación que carecía del dramatismo necesario. A pesar de ello, brillaron individualmente Lixsania Fernández en la viola da gamba y Josep María Martí Duran en la tiorba, quienes lograron insuflar vida a la partitura con su musicalidad.
(Internationale Stiftung Mozarteum Salzburg, Mozartwoche Salzburg 2025, Premiere der Oper L´Orfeo im Haus für Mozart Salzburg, Festspielhaus, Foto: Franz Neumayr 24.1.2025)
Al finalizar la función, el festival tomó un giro inesperado y encantador al trasladarse al Stiegl-Keller, donde tuvo lugar Backhendl Amadé Mozart, un evento culinario y musical en el que el pollo frito austríaco fue la estrella de la noche. Acompañado de cerveza artesanal y un electrizante ensamble de música colombiana, la atmósfera se transformó por completo. Si bien la propuesta gastronómica fue acogida con entusiasmo, algunos asistentes se quejaron de detalles menores, como la ensalada de patatas servida a una temperatura demasiado fría y la ausencia de un postre que cerrara el evento con un broche dulce.
(Internationale Stiftung Mozarteum Salzburg, Mozartwoche Salzburg 2025, Premiere der Oper L´Orfeo im Haus für Mozart Salzburg, Festspielhaus, Foto: Franz Neumayr 24.1.2025)
Sábado 1 de febrero, una mañana de revelaciones y una noche de desencuentros
(Ticciati y Davies junto a la Orquesta de Cámara de Europa/ Foto: ©2025 Internationale Stiftung Mozarteum)
El día siguiente comenzó con un concierto matutino en la Gran Sala de la Fundación del Mozarteum, donde la Orquesta de Cámara de Europa interpretó un programa compuesto por obras de Händel y Mozart. Bajo la dirección de Robin Ticciati, la orquesta alcanzó un nivel de excelencia que elevó el festival a una nueva categoría. La actuación del contratenor británico Iestyn Davies fue un testimonio de su maestría vocal, proporcionando uno de los momentos más sublimes del festival. Ticciati, con su precisión y sensibilidad, dejó una impresión imborrable, sugiriendo que su regreso al festival en futuras ediciones sería no solo bienvenido, sino necesario. Sería ideal que dirigida una ópera, aquí lo dejamos.
(El contratenor Iestyn Davies junto a Israel David Martínez, director de Press-Music, ©Press-Music)
La noche, en cambio, resultó menos afortunada. La Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Oksana Lyniv, subió al escenario del Palacio de Festivales para interpretar la Suite Nr. 3 en Sol M HWV 350 de ‘La Música acuática’ de Händel y obras de Mozart. La programación, lejos de aprovechar el potencial de la Filarmónica, pareció desperdiciar su talento en un repertorio que no hizo justicia a su grandeza. La cancelación de Juan Diego Flórez por enfermedad agregó desilusión. Su reemplazo, Rolando Villazón, desplegó su carisma y entrega habitual, pero la falta de ensayos se hizo evidente. No obstante, con su gran carisma y enorme talento se metió al público en el bolsillo. Además, la dirección de Lyniv se vio marcada por una falta de claridad técnica, alternando de manera confusa entre dirigir con y sin batuta.
(Villazón y Lyniv junto a la Filarmónica de Viena/ Foto: ©2025 Internationale Stiftung Mozarteum)
Domingo 2 de febrero, un cierre desigual
El domingo, la Cappella Andrea Barca, bajo la dirección de Sir András Schiff, tomó el escenario para ofrecer un repertorio centrado en Bach y Mozart. Sin embargo, la presentación se vio afectada por problemas de equilibrio sonoro. Schiff, con su virtuosismo innegable, optó por un imponente piano Bösendorfer, cuya potencia sobrepasó a los solistas de violín y flauta, ahogando sus intervenciones. A pesar de ello, Schiff dejó momentos de gran belleza en sus interpretaciones solistas.
(Ottensamer junto a la Orquesta del Mozateum/ Foto: ©2025 Internationale Stiftung Mozarteum)
El festival culminó con la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, que interpretó obras de Bach, Haydn y Mozart. La selección del Concierto para dos pianos en Do M BWV 1061 de Bach, aunque de gran calidad, se sintió un tanto insustancial para una clausura. La atención recayó en el debut de Andreas Ottensamer como director, quien mostró talento, pero también una falta de experiencia que evidenció la necesidad de más rodaje antes de asumir mayores retos. Incluso, su vestimenta generó comentarios entre los asistentes, sugiriendo que alguien debería asesorarlo en este aspecto.
(Ya-Fei Chuang, Rober Levin y Andreas Ottensamer/ Foto: ©2025 Internationale Stiftung Mozarteum)
El futuro de la Mozartwoche
En los últimos años, la Mozartwoche ha profundizado en el repertorio de aquellos compositores que influyeron en Mozart, revelando las raíces de su genialidad y contextualizando su obra dentro de la tradición que lo precedió. Sin embargo, quizás haya llegado el momento de ampliar la perspectiva y examinar también a aquellos músicos que, a lo largo de los siglos, han encontrado en Mozart una fuente de inspiración inagotable. Esta apertura permitiría al festival no solo rendir homenaje a la figura del compositor salzburgués, sino también trazar las múltiples maneras en que su legado ha modelado la música posterior, desde el Romanticismo hasta la modernidad.
La programación de compositores que se vieron influidos por Mozart no solo enriquecería la narrativa del festival, sino que también ofrecería al público una visión más dinámica y en constante evolución de su impacto. Figuras como Max Reger, Paul Hindemith e Igor Stravinsky –por citar a tres compositores–, quienes incorporaron en sus propias obras elementos mozartianos de forma explícita o sutil, aportarían una dimensión adicional a la Mozartwoche. Las armonías claras y estructuradas de Hindemith, el neoclasicismo audaz de Stravinsky y la complejidad contrapuntística de Reger pueden verse, en muchos aspectos, como diálogos con el legado de Mozart, reinterpretaciones de su lenguaje dentro de contextos estilísticos y filosóficos diferentes.
(Foto: ©2025 Internationale Stiftung Mozarteum)
Además, extender el repertorio a compositores que han tomado a Mozart como referente permitiría al festival expandirse conceptualmente. Podrían programarse conciertos en los que sus obras dialogaran directamente con las de Mozart, destacando puntos de convergencia y ruptura. Por ejemplo, una velada que emparejara la “Sinfonía en Do mayor” de Stravinsky con la “Júpiter” de Mozart podría iluminar la manera en que el ruso reinterpretó la claridad formal y la transparencia tímbrica del maestro austríaco. De manera similar, la inclusión de obras de compositores contemporáneos que continúan el linaje mozartiano demostraría la vigencia de su legado en la música actual. Una propuesta atractiva sería estrenar una serie de encargos –principalmente de grandes compositores contemporáneos– a partir de un tema mozartiano. Aquí lo dejo.
Este enfoque ampliado no solo enriquecería la oferta artística de la Mozartwoche, sino que también abriría nuevas puertas a la exploración académica y crítica, consolidando al festival como un espacio de reflexión sobre la trascendencia de Mozart a lo largo del tiempo. Si bien el estudio de sus influencias ha sido fundamental para comprender su evolución como compositor, explorar su impacto en generaciones posteriores es una oportunidad para redefinir la manera en que lo celebramos. Al reconocer a Mozart no solo como el punto culminante de una tradición, sino también como una fuerza que sigue resonando en la música actual, la Mozartwoche podría reinventarse sin perder su esencia, garantizando su relevancia en el siglo XXI y más allá.
Agradecimientos
El equipo de Press-Music desea expresar su más sincero y profundo agradecimiento a quienes hicieron posible nuestra cobertura de este evento extraordinario. En particular, extendemos nuestra gratitud a Blanka Trauttmansdorff, de Austria Turismo; Ines Wizany, de Salzburg Turismo; y Christine Forstner, de la Fundación del Mozarteum de Salzburg. Su inquebrantable profesionalismo, generosidad y dedicación no solo allanaron el camino para nuestro trabajo periodístico, sino que también nos permitieron sumergirnos en la esencia misma de un legado cultural inigualable. Gracias a su apoyo y hospitalidad, tuvimos la oportunidad de recorrer los espacios que alguna vez fueron testigos de la genialidad de Mozart, de escuchar interpretaciones que resuenan con el mismo fervor de siglos pasados y de compartir la emoción de una ciudad que palpita al compás de cada compás. Nos sentimos privilegiados de haber sido testigos de la forma en que Salzburg, con su arquitectura de ensueño y su incesante celebración del arte, continúa honrando la memoria de su hijo más ilustre. Desde la elegancia de la Sala de Conciertos de la Fundación Mozarteum hasta la calidez de los teatros y auditorios históricos, cada escenario nos recordó que la música, en esta ciudad, no es solo un eco del pasado, sino un lenguaje vivo que sigue evolucionando. La dedicación de los organizadores y el esfuerzo incansable de quienes trabajan tras bambalinas para mantener viva esta tradición nos inspiran a seguir contando sus historias con la misma pasión y rigor con los que ellos defienden este patrimonio universal.
Como cierre de este extenso artículo no hay que olvidarse de una persona muy importante para este evento anual. Cada año, la Mozartwoche brilla con una intensidad renovada bajo la dirección artística de Rolando Villazón. El célebre tenor y director, con su inagotable entusiasmo y su profundo respeto por la obra de Mozart, ha logrado revitalizar este festival de manera magistral. Villazón no solo preserva la tradición de la Mozartwoche, sino que la impulsa hacia nuevas alturas, ofreciendo interpretaciones innovadoras que desafían las convenciones sin perder la esencia del genio salzburgués. Su liderazgo ha sido clave para atraer a una audiencia global, presentando programas cuidadosamente curados que combinan excelencia interpretativa con una visión artística fresca y estimulante. Bajo su batuta, la Mozartwoche se ha convertido en un espacio donde la música dialoga con el presente sin perder de vista su origen. Artistas de renombre internacional, jóvenes talentos y melómanos de todo el mundo convergen en Salzburg para vivir, una vez más, la magia de Mozart en su forma más pura. En cada edición, Villazón logra lo imposible: hacer que la voz del compositor resuene con la misma vitalidad con la que fue concebida, asegurando que su legado siga iluminando el panorama musical contemporáneo.
(Rolando Villazón/ Foto: ©2025 Internationale Stiftung Mozarteum)
Nos despedimos de Salzburgo con la certeza de que este no es un adiós, sino un hasta pronto. Llevamos con nosotros el sonido de cada acorde, la magia de cada interpretación y la convicción de que la música, en esta ciudad, es un puente entre épocas, una conversación interminable entre generaciones. Anhelamos el día en que regresemos, una vez más, para seguir explorando, narrando y celebrando el espíritu inmortal de Mozart, cuya presencia sigue impregnando cada rincón de esta joya musical europea.