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Nixon Y Mao Cuarenta Y Un Años Después

Nixon y Mao cuarenta y un años después

JOSÉ MARÍA GÁLVEZ     MAY. 3, 2023 (Fotos: ©Javier del Real)

Hace cuarenta y un años dos mandatarios del más alto nivel mundial, el primer presidente de la República Popular de China, Mao Zedong, o Mao Tse-Tung, que tras dejar la presidencia en 1959, se mantuvo como Presidente del Partido Comunista de China y, sin discusión, como ideólogo , filósofo y guía espiritual hasta su muerte en 1976 de la, así llamada, China comunista, y el presidente de los Estados Unidos de América, Richard Nixon, que ha pasado a la historia no por un encuentro como el que aquí se comenta, sino por el escándalo Watergate, que le llevó a dimitir. El Watergate nace tras la detención en junio de 1972 de cinco hombres del servicio secreto del presidente cuando estaban colocando micrófonos en las oficinas del Comité Central Demócrata en Washington. Solo cuatro meses antes, Richard Nixon realiza con su mujer Pat un viaje a la República Popular China, donde establecen las bases de las relaciones posteriores de ambas naciones.

VIAJE MUSICAL

Este viaje sirvió de excusa a John Adams, compositor norteamericano nacido en 1947, para componer su primera ópera, entre 1985 y 1987. Clasificado como compositor de música minimalista, lo es de manera muy diferente a la de los padres de tal estilo en los Estados Unidos de América, y con influencias de distintas corrientes, como la música para cine, destacando la influencia ejercida por Bernard Hermann (1911-1975) (aunque me abstendré de nombrar la partitura de la banda sonora cinematográfica que recorre varios de los momentos de la ópera adamsiana) y las, no menos, recurrentes secuencias wagnerianas de la tetralogía, que de manera muy sutil, elaborada e inteligente, el autor aprovecha y explota, a modo de leit motiv, a lo largo de la obra, la cual se divide en 3 actos y cada uno de ellos en tres, dos y una escena sucesivamente. Frenéticos e imparables los actos I y II y tranquilo, espiritual, más recogido e intimista, el tercero de los actos, cerrando la ópera con la intención de enseñarnos que, al fin, aquellos personajes que se nos presentan como hombres y mujeres capaces de dirigir el rumbo de millones de personas no son en realidad más que, en realidad, personajes con sus flaquezas, sus dudas e incertidumbres como cualquier otro humano.

EL GRAN ARCHIVO FULLJAMES

La producción puesta en escena es una nueva producción del Teatro Real en coproducción con Den Kongelige Opera de Copenhague y con la Scottish Opera en la que la Dirección de Escena corre a cargo de John Fulljames. Su montaje es sobrio y espectacular a la par. Como denominador común un gran archivo de grandes cajas de cartón recorre los tres actos, en los que metamorfosea adoptando la función de avión presidencial, aeropuerto o sala de celebraciones sin dejar nunca de recordar el carácter histórico de dicha visita y como tal la obligación de ser material de archivo: el archivo de la historia.

Acertada elección la de John Fulljames, máxime en colaboración de Dick Bird en el vestuario y escenografía, de Ellen Ruge en la trabajada iluminación y con una deslumbrante coreografía de John Ross, todo muy acorde con la singular pieza que es la presente ópera, resultado de la colaboración inicial con Peter Sellars y la libretista, ahora convertida en pastora anglicana. 

PAT NIXON, LA PRIMERA DAMA

El elenco vocal de la representación del pasado día 26 de abril es de gran calidad, empezando por la soprano Sarah Tynan que en su papel de la primera dama norteamericana ofrece un canto y un porte escénico tranquilo pero contundente, con cuerpo ágil, tanto en lo físico como en lo vocal. Le acompañan dignamente Leigh Melrose, barítono inglés, de instrumento claro, ágil y potente al que sabe sacar el máximo partido, además de una medida y divertida interpretación escénica. Junto a Leigh Melrose en su dinámico papel del presidente Nixon hay que destacar las voces del barítono surafricano Jacques Imbrailo y el tenor surcoreano Alfred Kim, respectivamente como primer ministro chino el primero y como líder supremo del Partido Comunista Chino el segundo. Como acompañamiento casi jocoso pero firme se mostró el barítono español Borja Quizá en el papel de Henry Kissinger. Barítono coruñés que en los últimos años ha ido creciendo en el Teatro Real hasta llegar a moldear papeles en los que sus recursos aparecen cada vez con más conciencia de sí mismos. En cambio la soprano estadounidense Audrey Luna con un registro agudo muy acertado queda escasa en el resto de su papel no terminando de elaborar una Chiang Ching a la altura del personaje de la partitura. Por último destacar el papel casi simultáneo de las tres secretarias en las apariciones casi corales o de eco que Adams les tiene encomendadas. La mezzosoprano española Sandra Ferrández, la también española Gemma Coma-Alabert y la rusa del mismo timbre Ekaterina Antípova dan vida a las secretarias de Mao. Tres mezzos que facturan un trabajo conjunto en el que cada voz tiene autonomía pero deben funcionar como una voz única, lo que consiguen perfectamente sobre las tablas durante la representación.

(©Javier del Real)

MANO FIRME CON GESTO DELICADO

Así es la dirección de Olivia Lee-Gundermann. Casi sin destacar, su mirada y su gesto consiguen que el frenesí adamsiano no solo que no descarrile, sino que no suene todo en su lugar sin aparente esfuerzo. Esfuerzo que se plasma en el resultado de la Orquesta Titular del Teatro Real que nos está acostumbrando a unas altas cotas de calidad en tan diverso repertorio. Al igual que el coro protagonista en diversos números desde el inicio de la partitura con el coro de soldados “Soldiers of heaven hold the sky” donde figura la famosa “The people are the heroes now” hasta ese sobrecogedor “Are you one of us?” del final del acto II. Coro, Orquesta, Solistas y directora cosecharon largos aplausos del público que llenaba el Coliseo madrileño, en una noche que ya empieza a ser templada y predictora de las que se avecinan.

teatroreal.es

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