By JOSÉ MARÍA GÁLVEZ     MAR. 7, 2019

JE SUIS NARCISSISTE. ÓPERA BUFA Y CONTEMPORÁNEA. SIN DUDA

Dentro de la temporada del Teatro Real se representa entre el 6 y el 10 de marzo en el Teatro Español, en la madrileña plaza de Santa Ana, Je suis narcissiste, última ópera de la compositora Raquel García-Tomás (1984) en la que no es su primera colaboración con la libretista Helena Tornero (1973). La presente producción se debe a la Ópera de Butxaca i Nova Creació en coproducción con el Teatro Real, el Teatro Español y el Teatre Lliure.

Siempre que estemos ante un estreno absoluto de una ópera contemporánea podemos afirmar que estamos de enhorabuena, de celebración si se quiere, pues no es un género que presente muchas facilidades para los compositores en cuanto a su posibilidad de estreno, puesta en escena, difusión y posteriores nuevas audiciones. No son pocos los ejemplos que podrían ponerse. Recuerdo la estupenda iniciativa que se llevó en los años 90 del pasado siglo por parte de la Sala Olimpia de la madrileña plaza de Lavapiés en la que se estrenaron un puñado de óperas de la, en aquel momento, joven generación. ¿Qué ha sido de ellas salvo alguna suite que sí ha seguido venturoso camino, incluso en disco?. Es fundamental, por tanto, llamar la atención sobre este hecho y reclamar a las Administraciones -que tan preocupadas están por temas baladís, los cuales tiene perfecta representación en la ópera que nos ocupa- que no solo se posibiliten los estrenos como escaparate del estupendo paisaje compositivo que pueda estar dándose en España actualmente, sino que se fomente una política cultural que rescate del olvido muchas buenas composiciones del panorama compositivo español actual y pasado, tanto en escena como documental. Hecha esta reflexión, diremos que estamos ante una compositora de buen oficio, que presenta su obra como Ópera bufa contemporánea, ma non troppo, y no sé si darle la razón en este non troppo, porque bufa es y mucho. Sobre hechos supuestamente transcendentes para la mayoría de la sociedad en la que vivimos, el libreto de Helena Tornero los banaliza mostrándolos desnudos y como perfectos vórtices del individualismo y magalomanía actual, llevando de esta manera la comicidad a las posturas y actitudes patéticas que tanto narcisista exhibe.

CRISOL DE ESTILOS

Y contemporánea también desde el momento en que la música de Raquel García-Tomás se nos muestra como un gran crisol de estilos, un caledoscopio, más que un collage, que la autora sabe engranar con gran acierto, pasando de la música disco que acompaña a la blogera a las referencias del Tristán wagneriano en la escena del amante. Múltiples son las referencias al pasado: la wagneriana mencionada, el Chopin fúnebre o el bien traído Puccini de la Mimi de La Bohème, sin olvidar el mundo de la zarzuela y del musical americano de mediados del siglo pasado. Música la de Raquel García-Tomás, en esta ocasión, muy cinematográfica, transitando por diversas técnicas y estéticas, de impactante capacidad provocadora de imágenes, las cuales sabe transmitir con perfección la directora de escena Marta Pazos (1976), imaginativa y efectiva en su resultado, con un vestuario de Pier Paolo Álvaro que merece mención aparte, original, arriesgado y muy integrado en la puesta en escena de Marta Pazos a la que completa redondeándola.

LA INTERPRETACIÓN

Cuatro cantantes forman el cuadro vocal. La soprano Elena Copons y el barítono Toni Marsol en los papeles protagonistas de Clotilde –gestora de eventos culturales- y de Giovanni –psiquiatra de reconocido prestigio- los cuales no solo interpretan con decisión y acierto sino con estupenda claridad en lo vocal y en lo escénico, facultades éstas que los otros dos protagonistas, la soprano María Hinojosa Montenegro –de la que íbamos a disfrutar el pasado abril en el Teatro de La Zarzuela en el estreno mundial de Policías y Ladronesde Tomás Marco (1942) pero que finalmente no pudimos, ni disfrutar de ella ni de la obra de Marco- y el tenor Joan Ribalta, los cuales representan a una cantidad de personajes diversos que podrían llevarles a la esquizofrenia, también comparten en su interpretación vocal y escénica, siendo todos ellos capaces de transmitir una divertida comicidad en sus actos serios y transcendentes. Todo ello perfectamente tamizado y entrelazado por la dirección musical del brasileño Vinicius Kattah, el cual no solo dirige sino que forma parte del entramado escénico y actoral de la representación. La orquesta se reduce a orquesta de cámara de 15 instrumentos, que en esta ocasión son 15 solistas de la Sinfónica de Madrid (Titular del Teatro Real), realmente brillantes, destacando no solo la labor de conjunto sino los matices en pasajes que cada uno de ellos ha de afrontar en la ejecución.

Todas las escenas son de un muy buen nivel, musical, escénico, libretístico y humorístico, pues las risas, a mandíbula batiente en algunos casos, no faltaron a lo largo de la hora y cuarto que dura la representación, la cual fue finalmente muy aplaudida.

BUFA Y CONTEMPORÁNEA

Bla, bla, bla, así empieza y así finaliza la ópera, todo sigue igual, mejor hablar y no escuchar, ¿quién quiere escuchar a los demás?, para eso ya estoy yo que soy el que te puedo decir que, lo sé de buena tinta, la tierra es plana, por eso se llama planeta. Bla, bla, bla….Contemporáneo sí que es.

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